Al ser humano se le olvida precisamente eso, que es un ser, y que en el colectivo, somos. La sociedad consumista ha logrado que nos identifiquemos por lo que tenemos  y no por lo que somos. Entonces, para tener, hacemos cosas a un ritmo frenético que nos deshumaniza y evita que disfrutemos con calma la maravilla que es la vida.

 

María nos ha obligado a pausar, y como si eso fuera poco, nos ha quitado muchas de las cosas pertenecientes a ese tener que equivocadamente constituía nuestro ser. He visto una diferencia en la forma en que la gente más humilde, los que menos tienen, han reaccionado a sus pérdidas, versus los que más tienen. Se palpa la angustia de algunos cuando a media noche se acaba el diesel de la planta y se ven precisados a dormir el resto de la noche sin aire acondicionado. O los que extrañan en demasía la conexión de internet que les permite subir como algo importante el chiste del momento o la foto del plato de comida que está disfrutando en un buen restaurante abierto.

 

Las cosas no son ni malas ni buenas. Simplemente son. Lo importante es que no nos impidan ser lo que verdaderamente somos. María nos da la oportunidad de alterar la ecuación hago >tengo>soy, esto es, trabajo duro para poder comprarme una casa en una urbanización lujosa y entonces seré exitoso y feliz, a soy>hago>tengo, esto es, porque soy, hago cosas afines a eso que soy para entonces tener las cosas que desde mi verdadera esencia deseo tener.

 

Aunque nuestra gente pobre es a la que más duro, en términos de pérdidas, el huracán ha golpeado, veo en ellos que el ser sigue fuerte, en algunos casos, incólume, mientras que personas acostumbradas a las grandes tenencias, se ven deprimidas y disminuidas en su ser, definido por lo que se tiene y no por lo que se es.

 

Si algo se ha fortalecido en esta crisis post María es el ser puertorriqueño. Las características que nos definían como pueblo, generosidad, solidaridad, resiliencia, humor, buenos vecinos, y que muchos pensaban que habían naufragado en el mar de la modernidad, salieron a flote, y hasta se manifiestan en la bandera puertorriqueña que se han izado en tantas casas y vehículos. 

 

Aprovechemos esta gran oportunidad que nos da la crisis post María para fortalecer nuestro ser. El hacer para tener vendrá cuando aprendamos esta importante lección. En esas estoy. Y no es fácil.

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Esta crónica es parte de una serie de 24 crónicas que publicaremos cada semana en inglés y español

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