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Los Muertos Invisibles

Silverio Pérez 

No es una historia de Halloween. Es una triste realidad post el huracán María. Por alguna razón irracional o por una inexcusable deficiencia burocrática, el Gobierno de Puerto Rico, se niega a reconocer decenas de muertos como consecuencia del huracán María, y peor aún, de esa forma le niegan a sus familiares el derecho a comenzar el necesario duelo por sus familiares cercanos.

 

Las historias son innumerables. Les comparto la que nos cuenta la extraordinaria periodista Omaya Sosa Pascual del Centro de Periodismo Investigativo:

 

Basta visitar las alcaldías, comandancias, y funerarias de los pueblos para encontrarlos. Los médicos también los reconocen, en privado. Pero el gobierno no los quiere ver. Se niega a documentarlos.

 

El Centro de Periodismo Investigativo ha identificado 47 casos de muertes relacionadas al huracán María, adicionales a los 55 que ha informado el gobierno, mediante entrevistas a alcaldes, funcionarios de seguridad y manejo de emergencias de los municipios, entrevistas a familiares y revisión de certificados de defunción.

 

La investigación arroja que el estado ha revictimizado a los familiares de personas que han muerto por circunstancias vinculadas a la emergencia obligándoles a cumplir con requisitos burocráticos en momentos en que el propio gobierno incumplía con sus obligaciones y, como todo Puerto Rico, no estaba operando. Algunos de los familiares de estas víctimas fatales incluso tuvieron que pasar días con el cadáver de su ser querido descomponiéndose en la casa porque la Policía ni la Fiscalía acudían a levantar el cuerpo.

 

Uno de muchos casos:

 

Marta Rosa Colón, Ángel Luis Vázquez y su hija de 12 años además de perder la mitad de su casa durante el histórico ciclón perdieron al patriarca de la familia, don Teodoro Colón de 82 años. Colón, quien se recuperaba en el hogar de un derrame sufrido la semana anterior y dependía de oxígeno, falleció en plena tormenta la madrugada del 20 de septiembre en el cuarto donde se guarecía con su hija y su nieta en el barrio Damián Abajo de Orocovis. Ese mismo día cuando bajaron los vientos, su yerno se armó de valor y de un machete para ir a pie al pueblo a buscar ayuda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras caminar cuatro horas entre los derrumbes, la crecida del río y la maleza, llegó al cuartel de la Policía donde le dijeron que no podía mover el cadáver, y que tampoco lo podían ir a buscar porque las carreteras estaban incomunicadas. En la funeraria del pueblo, Orocovis Memorial, le dijeron que tampoco podían llegar a buscar el cuerpo.

 

Vázquez tuvo que regresar a pie nuevamente, usar una planta eléctrica para prenderle el aire acondicionado al difunto, y mudar a toda la familia al cuartito contiguo, pues el segundo piso de la residencia quedó completamente destruido. Al día siguiente nadie llegó.

 

Desesperado, volvió caminando al pueblo y se presentó en el Centro de Operaciones de Emergencia a clamar por ayuda y, pese a que no estaba la papelería legal requerida para mover un cadáver, los rescatistas municipales y el personal de la funeraria accedieron a auxiliarlo. Esa misma tarde un grupo de 10 hombres intentó llegar a buscar el cuerpo para sacarlo cargando del lugar, pero las lluvias les impidieron llegar a la residencia, contó el líder de los rescatistas Willie Colón, quien además era familiar del difunto.

 

Al tercer día los 10 hombres regresaron de madrugada y pudieron sacar el cuerpo ya en estado de descomposición, cargándolo y arrastrándolo entre derrumbes, árboles y la crecida del río para poderle dar sepultura. Nunca vino un policía, ni un fiscal a certificar la muerte. De hecho, la funeraria confirmó que aún no hay certificado de defunción pues el Registro Demográfico no estaba operando esos días.

 

Añado: Esa negación del gobierno es la misma que se niega a aceptar el escándalo de White Fish y la incapacidad del director ejecutivo de la AEE, Ricardo Ramos, que sometió su renuncia tardía esta semana. Es la misma negación del liderato político del país que se niega a aceptar que no tiene un plan factible, creíble, explicable, para el Puerto Rico Post María ni para la Estadidad ni para la Soberanía, y mucho menos en el Estado Libre Asociado que murió mucho antes de que llegara María. En este caso son sus propios familiares/fundadores/defensores/ los que se niegan a aceptarlo.

 

Puerto Rico no se merece esta incapacidad de su liderato, esta crueldad de su presente gobierno. Nos queda denunciarlo hasta que nos quedemos sin voz.

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Esta crónica es parte de una serie de 24 crónicas que publicaremos cada semana en inglés y español, www.24semanas.org. 

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