Vero Vero
Veronica Quiles
Chef del Departamento de la Comida y parte del equipo del Fondo Resiliencia
Cada vez que me acuerdo (en estos días me he acordado dos veces) escribo un poquito. No soy muy académica y no tengo la paciencia de sentarme a ponerme a escribir este relato la mayoría del tiempo.
Una relación interesante del presente es con mis mejores amigos. Es como cuando éramos jóvenes, que parece que nos va mal pero para mí estamos experimentando cosas nítidas, todo lo que hacemos es para todos; no existe el individualismo, es una unidad de compartir lo que tengamos, todo es agradecimiento y aunque existe alguna incertidumbre, estamos felices.
No solamente he tenido la oportunidad de compartir a través de la comida con mi corillo de “ponkos y dementes”. También me ha dado la oportunidad de experimentar directamente con la tierra en los huertos, con amigos que no compartía hace tiempo o viejos compañeros de trabajo que la vida nos ha unido porque no tenemos "trabajo” pues aquí todos estamos trabajando en ayudarnos y de todo esto saldrá un nuevo país.
Ahora nos sentimos libres porque antes aunque teníamos nuestros trabajos y un sueldo seguro (ya desaparecido), ahora tenemos la libertad de que no tenemos trabajo. Tenemos más responsabilidad pero da gusto hacerlo por tu gente y por tu país, de arriba pa' abajo!
Me encanta. Siento que estamos practicando anarquismo, creando una empatía hacia los demás. Cruzando la calle en una intersección donde antes existía semáforo, ahora todo corre con cordialidad. Ni siquiera escuchas las bocinas, antes escuchadas más frecuentes (digo siempre existe el idiota) pero no como antes de este fenómeno natural.
Me da sueño temprano ya que parece el efecto “luz" hace un papel en nuestras vidas controlando el tiempo de nuestra capacidad de resistencia para producir o no producir (beber, gastar invertir en este gobierno capitalista) pues ahora me acuesto con las gallinas y me levanto con ellas o hasta antes. Nos está pasando a todos pues me he sorprendido enviando un mensaje a un amigo (usualmente dormilón) muy temprano en la mañana con la intención que me contestara cuando se levante y me contesta al momento. “What? Cul”. Realmente esta situación de no tener energía eléctrica me tripea cada vez más al punto de no querer que vuelva excepto por lo de querer tomarme algo frío en la casa. Digo en la casa pues en la calle los primeros días siempre te encontrabas con el listo(gracias) que tenía la deseada cervecita fría incluso hasta se volvió misión buscar y recordar esos lugares y saber identificar a cuales ir y a los que nó de acuerdo a la temperatura de la cerveza, jaja!
Los lunes son mis días de cena en El Local, casi siempre ando con mil tareas así que se me olvida que hago la cena allí y es cuando se me mezclan las tareas. Ayer por ejemplo teníamos hambre y fui al Almacén que es mi cocina comunal propia aunque todavía en proceso de organizarla mejor para todos, pero pues llego y me pongo hacer un “late” almuerzo para los que estábamos, entonces es cuando me acuerdo de mi compromiso ya existente. Termino, cojí un nap de 10 minutos y me fuí corriendo a cocinar a mi otro corillo y con generaciones nuevas, muchos veganos con los cuales siempre cocino vegano. Cuando cocino para la comunidad me acompaña Cecille, una chica que antes de que pasara este desastre me había pedido trabajar de aprendiz para hacer sus horas de práctica de la universidad. El placer tan grande que me da es verla “metiendo mano” sin miedo, aprendiendo, observando un mundo “ponki queer” sin ningún miedo y agradecida. Esas son las verdaderas cosas que nos hacen ser!